Trump, la desinformación como estilo de gobierno

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La grave equivocación de Donald Trump al desestimar el conocimiento por tener fortaleza económica, hoy se paga con muertos. El presidente del país más poderoso del mundo, tambalea merced a su arrogancia.

Por: Germán Medina Scarpetta

@GermanMedinaSc facebook.com/GermanMedinaSc

Cali, abril 20 de 2020

Cerrando el año 2019, el nuevo coronavirus saludaba a la humanidad. Ese puntito rojo que significaba su presencia iba creciendo de manera preocupante para el gobierno chino, no para el resto del mundo que consideró ajeno lo que ocurría.

La responsabilidad del manejo y atención de la crisis sanitaria no está en la OMS si no en cada una de las naciones que afrontan el proteger la vida de sus habitantes y al tiempo, la excusa para justificar no defenderla, proteger la economía propia. Con el paso aterrador del COVID19 entre los habitantes de países europeos y su presencia confirmada en USA, se declara de manera oficial la pandemia.

Las consideraciones de orden científico sobre esta pandemia serán conocidas cuando sea controlada, desarrollando y masificando la vacuna. Ahora conocemos el origen, el rastro que deja y los efectos que produce hasta la clasificación por edades y patologías de quienes son contagiados y los que dejan de existir todos los días en el planeta.

Al pasar este duro episodio, se recordará el nombre del primer fallecido en la pandemia, los miles que hoy mueren en el mundo serán una cifra y como personas solo habitarán con dolor, en la memoria de sus seres queridos.

Tristeza y desencanto genera presenciar actitudes de irrespeto a la vida referenciadas a estrategias de orden electoral o soporte de discursos políticos y de poder.

Nadie tiene la verdad revelada. La pertinencia y oportunidad que soportan las decisiones oficiales deben ser públicas para ser evaluadas, entendidas e incorporadas por quienes están obligados a cumplirlas.

La grave equivocación de Donald Trump al desestimar el conocimiento por tener fortaleza económica, hoy se paga con muertos. El presidente del país más poderoso del mundo, tambalea merced a su arrogancia.

Quiere sacar de USA a los inmigrantes ilegales y que la riqueza de su país sea exclusiva para los “americanos”, gran parte de ella generada por los inmigrantes, y ahora que los necesita por lo que viene después del COVID19, levanta las medidas contra ellos.

Cabe anotar que Trump acabó con el programa de salud que beneficiaba a las personas de bajos recursos en su país. Pensaría que los muertos serían justamente solo los que él había desprotegido con el desmonte del ‘Obama Care’ y que el virus no tocaría a la ‘superioridad’ blanca angloparlante.

Organiza una guerra contra el narcotráfico, léase dictadura de Maduro en Venezuela, para distraer a su país del desastre en el que lo tiene y apunta al petróleo del país suramericano.

Hasta hace poco decía que la situación del nuevo coronavirus estaba controlada y sólo el día 16 de abril perdieron la vida 4500 norteamericanos por esta razón.

Acusa hoy a la OMS de ser responsable de su lamentable respuesta a la crisis, disminuyendo su responsabilidad en un problema real que merecía un manejo a la altura del país más rico del mundo. A su vez, suspende el apoyo financiero a la OMS, golpeando en este momento crucial a la entidad rectora de la atención de la salud humana mundial.

El gobierno norteamericano, con los auxilios por desempleo (disparados por el COVID19), puede hacer menos fuerte el impacto de los casi 40,000 muertos que hasta hoy no pudo evitar. Se estima entre 300.000 y 400.000 el número de personas que morirán por COVID19 en USA y se anuncia, mientras el dolor se mueve por tierra y aire, que se va a ‘reabrir’ el país del norte.

Trump dejará su nombre en la historia enmarcado en los discursos que venden expectativas y se soportan en las barbaridades del poder económico, generando sentimientos como racismo, odio y miedo. La estrategia exitosa de ganar elecciones y gobernar con el arma poderosa de la desinformación.

La capacidad de Trump se evidencia resolviendo un problema de orden mundial, no una guerra. No una confrontación armada, comercial, racial, social. Una pandemia que hoy amenaza al mundo sin distingo alguno.

Dirigir la atención de la pandemia del primer país del planeta basándose en la protección de su poderoso aparato económico, está entregando resultados pavorosos. Desconocer que la fuerza necesaria para moverlo proviene de seres humanos es insultante. Ahora lo mínimo exigido a un mandatario para ganar su confianza es decir la verdad y ejecutar acciones con responsabilidad tomando como premisa la protección de la vida.

El nuevo coronavirus llegó y no se entiende ahora, siendo una aldea global con interconexiones hasta hace poco tiempo insospechadas, que se considerara un problema de salud pública sólo en su lugar de origen.

Se acaba la vida y desaparece la economía. Se golpea la economía y con seres humanos vivos y sanos se recupera, esto dice la historia, lo dice la vida.

P.D.

  1. ¿Qué posición asumió Colombia en la declaración de la CELAC frente al corte financiero de USA a la OMS?
  2. ¿Tenemos certezas científicas para levantar la cuarentena el próximo 27 de abril? ¿Qué nos espera?
  3. Conocer el alcance de los 142 decretos expedidos por el gobierno nacional entre el 17 de marzo y 16 de abril de este año es de suma importancia para todos en Colombia.
  4. Sigue sin respuesta la crisis humanitaria en las cárceles colombianas, se asoma una tragedia a ojos de todas las autoridades.

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