Roberto Vanegas y cinco compañeros más, antes de estrenarse este miércoles en el fútbol profesional, debieron someterse a la condición de los jugadores más curtidos: raparse el cabello. Luego de marcarle 2 goles al Bogotá, “aquí estoy, moliendo maíz”, comentó en diálogo con De Grueso Calibre, quien se perfila como el reemplazante de Abel Aguilar.
Cuando el árbitro Ferney Ossa hizo sonar las tres notas finales en el estadio Sierra Nevada, de Santa Marta, “mi papá se acercó y me abrazó llorando”, cuenta Roberto Vanegas (19 de abril de 2000). 3-0 fue el resultado contra Bogotá, en el juego correspondiente a la ida de la primera ronda de la Copa Águila. Luego de cerca de 2 años en las categorías menores del conjunto samario, el mediocampista debutó con el número 5 y celebró un doblete, ambos cayendo al segundo palo; el segundo fue de golpe de cabeza.
“Mi sueño es poder sacar a mi familia adelante, gracias al fútbol, sin conformarme, porque hasta ahora no he hecho nada. Sabemos que no va a ser fácil, pero estamos acostumbrados a luchar y a soñar en grande”, sostiene Vanegas, al tiempo que revela el esfuerzo diario en su hogar con el emprendimiento familiar.
Vanegas tiene seis hermanos más. Su padre, Oved, también jugó fútbol, pero no logró escalar a la profesional; entonces, surgió como alternativa, “un puesto de fritanga en Santa Marta; con eso nos sostenemos y nos estamos esforzando para sacar esto adelante. Yo muelo el maíz y cuando mi papá está muy cansado, le colaboro vendiendo en el puesto y transportando las arepas”.
Su llegada al Magdalena: “Jugando con Talento Los Almendros, los entrenadores del Unión me vieron en algunos partidos y llegué en el 2018 a la Sub-20. Este año me subieron a la profesional, al igual que a otros compañeros, y el miércoles debutamos. Fue un debut de ensueño, con 2 goles”.
La condición para los debutantes: “Entre los jugadores del equipo, calvean a los que debutan. Y a los que jugamos el primer partido (De La Hoz, Zambrano, Del Río, Torres y Guerrero) nos lo hicieron. A mí me peluquearon entre Ruyery Blanco y Roberto Hinojosa”.
Sus características: “Soy un mediocampista polifuncional; fuerte en marca, con salida con pelota dominada, juego combinativo y llegada a posición de gol”.
El número 5: “Cuando llegué a las divisiones menores, todos tenían número y quedó sobrando el 5. Con ese número he hecho buenos partidos. No lo he cambiado desde ese entonces”.
Las aspiraciones del Unión Magdalena: “Armamos un buen equipo, porque el Unión Magdalena es de la A, por eso se trajeron grandes refuerzos. El propósito es ascenderlo lo más pronto posible a la primera categoría”.
