Cetré: “Vivía en el peligro, pero me propuse ser el orgullo de Mariano Ramos”

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Sus tíos pertenecían a la banda del barrio donde se levantó, y a los dos los mataron. A los 5 años, “me fui a vivir con unos vecinos”. En Boca Juniors de Cali lo rescataron, y hoy es protagonista con la Selección Colombia Sub-23 que disputa el Cuadrangular final del Preolímpico, en Bucaramanga. Edwuin Cetré contó su historia de vida a De Grueso Calibre.

Edwuin Stiven Cetré Angulo (Cali, 1 de enero de 1998), supo esquivar el peligro en su barrio de crianza, al cual define como “uno de los más peligrosos de Cali”. El hoy delantero del Junior de Barranquilla y de la Selección Sub-23 de Colombia, se encomendó al fútbol como seguro de vida. “El mayor susto lo viví jugando en mi barrio, cuando se metieron los de otro barrio y comenzaron a dar bala. Nos tocó correr y gracias a Dios no nos pasó nada. Antes vivía en el peligro. Gracias a Dios, salimos adelante”, rebobinó para De Grueso Calibre.

Para aquel entonces, Cetré tenía solo 12 años, por eso, cuando se puso el uniforme del mexicano Santos Laguna, luego la del Junior y de la Selección Colombia, lo asumió como “un sueño”. Antes, había superado la crudeza del campeonato de ascenso del fútbol de Uruguay. “El fútbol uruguayo siempre ha sido muy agresivo y más con los jugadores habilidosos. Me tocó duro, por las patadas y por los árbitros que lo permiten. Sin embargo, siempre tuve ganas de salir adelante y por eso no me arrugué por nada”, comentó.  

Este lunes, en el debut en el Cuadrangular final del Preolímpico Sub-23, Cetré abrió el marcador para la Selección Colombia que orienta Arturo Reyes, frente al combinado de Brasil. Es la segunda anotación del atacante caleño en el certamen. “Espero, de la Sub-23, pasar a la Selección Colombia de mayores”, se proyecta.

El rescate y la marcha de Boca: “En Boca tuve una dificultad con el dueño del equipo, Hernando Ángel. Sin embargo, estoy agradecido con ellos, porque allí inicié y me dieron casa-hogar. Llegué luego de un partido contra ellos. Yo jugaba en el equipo de mi barrio, Racing de Mariano Ramos. Me fue bien y me sumaron”.

La salida del peligro: “Lo más difícil en la infancia fue salir de mi barrio. Mariano Ramos es ‘bravo’ y por eso, se han desperdiciado muchos talentos. Gracias a Dios, pude salir adelante, con la ayuda de mis familiares. Y sentí un aire cuando la gente de Boca Juniors me dio la oportunidad de irme a vivir a otro sector. En mi barrio, si uno estaba en la calle en la noche, se exponía a las balaceras. Entonces, había que estar prevenido. De pronto, en algún momento me quise desviar, sin embargo, Dios me iluminó y me mostró que mi camino era el fútbol”.

La pérdida de los tíos: “Tuve espejos como mis tíos, que jugaban fútbol, pero decidieron lo que pocos quieren. Ellos eran de la banda del barrio y a ambos los mataron. Y yo me propuse ser el orgullo de mi barrio. Allá había muchos jugadores buenos, que no llegaron por la ‘mala cabeza’”.

El hogar adoptivo: “Vivía con mi mamá, mis abuelos y mis dos tíos. Luego, mis abuelos se separaron, mi abuela se fue con mi mamá y yo a los 5 años me fui a vivir con unos vecinos de mi casa. Viví con una familia que no es la mía”.

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