Marco Caicedo y la Junta Directiva del Cali, no han desentonado

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Por: John Alegrías

En Deportivo Cali cuando pasa el tiempo lo que casi siempre queda en la hoja de recriminaciones de la hinchada apunta directamente hacia los que dirigen. Son los directivos los que están en el foco de las críticas. La población en general los utiliza como tiro al blanco. Y no es para menos pues son los encargados de darle viabilidad, estabilidad y garantías a una institución que tras años da tumbos para conseguir un título.

Este 2020 no escapará a la tentación que produce el buen hábito del cuestionamiento. No obstante, de entrada, desde este espacio debemos no exaltar ni aplaudir a ojos cerrados, pero sí considerar, por lo menos, varios puntos positivos en una junta directiva que, con todos los puntos negros que arrastra por el pasado cercano con el anterior presidente, ha logrado moverse y gestionar correctamente muchos asuntos que transitan desde lo económico hasta lo deportivo. Todas cuestiones estrechamente ligadas.

Para hablar sobre lo último y uno de los aspectos (deportivo), debemos rescatar el más reciente movimiento realizado que compromete a Darwin Zamir Andrade, segundo capitán del equipo y jugador esencial para la estructura de Alfredo Carlos Arias. Al nacido en Montería se le vencía su vínculo con la institución azucarera este martes, día hasta el que llegaron las conversaciones con el presidente Marco Caicedo y su director deportivo Karim Gorayeb. Todo esto no con la misión de meter el diálogo en una olla pitadora, sino con la firme intención de poder analizar a fondo los términos, los cuales al final aceptó, estampando su firma y renovando hasta el año 2021, dando como resultado un suspiro hondo en la junta directiva, la cual pudo apretar una de las arandelas que quedaban sueltas.

La meritocracia hacia los dirigentes muchas veces no aplica, pero, se debe decir que lo realizado hasta ahora por Marco Caicedo y su junta directiva no está desentonando. Mantuvo el plantel, pudo darle viabilidad a la parte financiera firmando rebajas salariales, adoptó campañas en pro de la institución, mostró interés y respaldó el proyecto femenino, consolidó estrategias de mercadeo para tener enganchando a los auspiciantes, etc. Claro, habrá cosas que debe pulir, como brindarle confianza a un conjunto de socios insatisfechos para intentar menguar la tan afamada guerra civil de la que nadie nunca pudo librarse, pero, en términos generales, su administración es aceptable y tendrá sus conclusiones al final de camino.

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