Bélmer Aguilar cuenta por qué Néstor Otero lo echó del Huila para la final contra Nacional

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Juan G. Cuadrado, Bélmer Aguilar y David González

El exdefensa central reveló los motivos de su desvinculación del equipo ‘Opita’, justo pocas horas antes del partido de vuelta de la gran final del Apertura de 2007, pese a que era el capitán de aquel equipo revelación.

Para el Finalización de 2006, Bélmer Aguilar (Chigorodó, Antioquia, 11 de noviembre de 1973) se ponía la camiseta de su octavo club en su carrera deportiva. Atlético Huila además sumaba a los experimentados Víctor Bonilla y Leonardo Rojano. Al final del año, la temporada mereció elogios; además de clasificarse a los cuadrangulares semifinales, lograron mantener la categoría, tras superar a Valledupar en la serie de promoción.

“Cuando llegué al equipo, alguien me dijo con sarcasmo, ‘este es el estadio más grande del mundo, porque nunca se llena’. Sin embargo, pocos partidos después, empezamos a llenarlo”, recordó a De Grueso Calibre, Bélmer Aguilar, quien en la actualidad, ejerce como asistente técnico del Boyacá Chicó.

Con ese convencimiento y las repeticiones con las que culminaron el año, se fortificaron en la temporada siguiente hasta llegar a la meta. Por primera vez en la historia el conjunto ‘Opita’ avanzaba hasta una final del campeonato colombiano. El rival fue Atlético Nacional, que se impuso 0-1 en la ida en Neiva. La caída, exacerbó los ánimos del cuerpo técnico orientado por Néstor Otero.  

“Tuvimos todo pagar ganarle a Nacional, pese a que varios de los jugadores jóvenes se sintieron muy nerviosos, entre ellos, Freddy Montero, Donald Millán, el arquero Luis Estacio, Edwin Rivas. Luego de ese primer partido de la final, Néstor Otero trató muy mal a un grupo joven, que pese a la inexperiencia de varios jugadores, había salvado la categoría y avanzado hasta la final. Una persona externa al cuerpo técnico, también nos criticó muy fuerte, entonces me calenté. Yo era el capitán, y le dije al cuerpo técnico que eran unos desagradecidos. Hubo palabras de grueso calibre. Y cuando estaba en la habitación del hotel, en la concentración para el juego de vuelta de la final, el preparador físico me dijo, ‘que recoja sus cosas y se vaya’. Entonces me fui” rememoró Aguilar.

Y amplió su versión sobre los hechos que terminaron con un agrio final. “Desde que me fui de la concentración, los compañeros me empezaron a llamar. Además, el presidente, Jorge Perdomo, me dijo que ya había resuelto el tema con el técnico Otero. Por pedido de los jugadores, volví a la concentración y hablé con el técnico; le aclaré que mi malestar había sido porque él había permitido que esa persona que no era del cuerpo técnico hablara mal del grupo. No le ofrecí disculpas al técnico, como él lo esperaba, y me volví a ir para mi casa. Entonces, me echó por una supuesta falta de respeto a la autoridad, porque no me aguanté”.

Horas después de haber mordido el polvo en la primera final, y ad portas de la vuelta en el Atanasio Girardot, el grupo esperaba por Aguilar. “Llegaron a Medellín en un vuelo chárter que yo le pedí al presidente, porque estaba convencido de que íbamos a ser campeones. Mis compañeros me esperaban en esa final, pero el técnico no me pidió. Fue tanto el dolor que eso me generó, que renuncié al contrato a falta de cinco meses. Creo que teníamos un 70% de seguridad de que íbamos a salir campeones, pero me negaron la oportunidad para jugar esa final. Ese era un equipo altamente competitivo, que tuvo en Freddy Montero al goleador del campeonato (13 goles)”.

Otero y Aguilar se reencontraron un par de años después, en el Deportes Quindío. Nuevamente, el vallecaucano como entrenador y el antioqueño como líder en la zaga central. “Antes de eso, él me llamó para llevarme al Deportivo Cali, pero no se dio”, cerró el exjugador y actual entrenador.

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