¿Los futbolistas ven el entrenamiento mental como una inversión o como un gasto? Mauricio Rivas, múltiple campeón y medallista como esgrimista, ha logrado generar una efectiva empatía con los deportistas en su labor como coach, porque, “sé lo que es tener temor de perder contra un rival más débil, lo que es sudar, progresar”, declaró en diálogo con #DeGruesoCalibre.
La progresión y el sostenimiento de los deportistas, es el mayor logro en un proceso de coaching. Por eso, Mauricio Rivas (Cali, 1 de junio de 1964), celebra con aplomada alegría los triunfos de Juan Sebastián Cabal, del Deportes Quindío, de César Torres con Alianza Petrolera; de Nicolás Benedetti; los goles de Duván Vergara y las conquistas de los tantos atletas con los que ha compartido sus conocimientos durante más de 20 años en la actividad, entre los que se cuenta, la presidencia del club América de Cali. “El trabajo mental hay que potenciarlo cuando se está bien, para ser mejores. Del equilibrio depende el desempeño” sostiene.
Sus recientes experiencias en el fútbol: “Un día el señor Hernando Ángel (dirigente de fútbol) me pidió que lo apoyara con unos trabajos personalizados. Luego me pidió hacer el trabajo con todo el equipo, Universitario de Popayán, en el 2015. Los jugadores se potenciaron al igual que el entonces técnico, César Torres. Luego me extendió la invitación al Quindío. Hay algunos representantes que me han traído jugadores y no lo hacen porque estén mal… Daniel Azcárate me sumó a Nicolás Benedetti. Y así hemos tenido varios jugadores. Son trabajos que requieren continuidad”.
¿De qué dependen los resultados? “Primero, del talento, que refiere a la posibilidad de evolucionar frente a otros que en un mismo espacio de tiempo, tienen un más lento progreso. También es importante el aspecto socio emocional. Si tienes ausencia de padre y madre y no tuviste una figura que te orientara, va a ser más difícil construir una carrera a futuro. Lo que buscamos hacer, es potenciar lo que se tiene. La carrera de un futbolista es altamente estresante, por las situaciones de juego, el extra juego, la relación con los entrenadores…”.
¿En qué momento usted se convierte en útil para los deportistas? “Hay dos maneras, tanto en lo grupal como en lo individual. En lo grupal, se deben poner todos los huevos en la misma canasta, pero también se requiere de un progreso individual para aportarle al equipo. En el proceso de recuperación con Benedetti, nos veíamos cuatro veces a la semana; porque no se estaban concretando expectativas, no se había dado su transferencia. También pasó con Alejandro Falla y otros deportistas”.
La responsabilidad de los clubes de fútbol: “Me sorprende que un equipo prefiere contratar a tres jugadores de 100 pesos en lugar de apostarle a un proceso que le puede valer 15 pesos. El fútbol es la administración de un recurso humano que compite a alta tensión. Sin embargo, parece que el único factor motivacional fuera la plata. Si se tiene un proyecto de negocio con un jugador, se debe invertir en él, para que pueda escalar hasta instancias más complejas. En estos momentos lo ven más como un gasto que como una inversión”.
El acompañamiento hacia los jugadores: “El jugador no es un monje, son seres humanos. Deben ser responsables con sus momentos de recreo. Entonces, deben manejar las situaciones futbolísticas y extra futbolísticas. Y que bueno que inviertan en personas que sepan, porque el jugador de fútbol es una persona solitaria en el desarrollo de su carrera deportiva. Una cosa es sentirse rodeado y otra es que lo motiven a trabajar y allí, el entrenador está en función del ámbito colectivo; pero, se requiere, que tengan un entrenamiento personalizado dirigido, que le oriente sobre sus comportamientos técnicos individuales”.