El médico de 53 años, va camino a su segundo periodo como Alcalde de Santiago Cali, cargo que ejerció entre 2008 y 2011. Los “proyectos no concluidos” lo motivaron a volver, declaró en entrevista con #DeGruesoCalibre.
Jorge Iván Ospina irradia simpatías con los caleños, por lo cual, desea cumplir los compromisos que fueron aplazados tras la culminación de su primer mandato. “Lamento que no se hayan terminado los palcos del Pascual Guerrero, ni cuatro de las mega-obras. Debemos continuar con la circunvalar; construir el puente de la 66 con Autopista; resolver el puente de Chipichape. Además de los programas de orden social que merecen ser consolidados. Si de algo carece la caleñidad es de una educación con altas capacidades para entendernos en el marco del siglo XXI”, expresó Ospina, quien tiene el mayor favoritismo para suceder a Maurice Armitage en el primer cargo de la capital vallecaucana.
Más de 268.000 ciudadanos lo eligieron en los comicios de octubre de 2007, y su gestión le valió para ser encumbrado como el mejor Alcalde del país. Ahora, de acuerdo a la reciente encuesta de la firma Invamer, Ospina lidera en las encuestas, con un 41,9 % de intención de voto. Supera en casi 10 puntos a Roberto Ortiz, quien ocupa el segundo lugar. “Me preocupa. No es bueno ser siempre puntero en una carrera. Tengo que cuidar que no me vaya a pasar como en el ciclismo, donde al líder al final le pueden dar alcance. Entonces, siento que voy a tener que separarme del lote”.
¿Qué simboliza el permanente color azul en su vestimenta?
“Es práctico, genera identidad, representación del trabajador con jean, porque nosotros venimos de la clase trabajadora, que es la que provee servicios, construye las obras y lucha cotidianamente. Por eso siempre estoy vestido igual”.
¿Y la mochila?
“Ahí llevo las manillas con las que me contacto con la gente, entregando la bandera de la ciudad. Les explico que esta ciudad nos corresponde sacarla adelante con esfuerzos colectivos. En la medida en que todos reconozcamos nuestra bandera y su fuerza, podemos estar más vinculados. El azul es para recalcar la importancia del agua, el rojo es para tomar conciencia de que no podemos continuar generando violencia y muertes; el blanco es para visibilizar la fuerza y la importancia de la paz, y el verde hace referencia a los temas ambientales de nuestra ciudad. Desde 1928, concebida por Nicolás Ramos, se mantiene como nuestra bandera y me interesa que los caleños la lleven en su corazón”.
¿Es un mito que al Alcalde de Cali lo elige el Distrito de Aguablanca?
“Es un mito. Al Alcalde de Cali se elige desde los diferentes sectores socioeconómicos, no solo desde un sector. Sin embargo, quien no gane en el Distrito, tampoco va a ganar la Alcaldía. Si pierde en Aguablanca, pierde la Alcaldía”.
¿Es egoísta no darles continuidad a las políticas de gobierno?
“Sí. Y es un tema cultural que tiene que ser superado. Se construye sobre lo construido. Los pobres hacemos nuestra casa durante toda la vida. Uno se pasa 30 años en eso. Y las sociedades son iguales; se debe construir desde lo previamente construido, sin egoísmos ni protagonismos. Por eso, si yo gano la Alcaldía, terminaría todas las obras que el Alcalde Armitage ha iniciado”.
¿Por qué se denomina pobre?
“Porque no nací en una condición socio económica elevada. No somos dueños de tierras. de fábricas ni de empresas del azar. Nosotros nos hemos cultivado desde el conocimiento, desde la profesión, procedentes de un estrato popular medio. No soy rico en bienes materiales, solo he tratado de cultivar al máximo las capacidades a partir del conocimiento”.
De esa manera, ¿compite en desventaja con los otros candidatos?
“Sí. Yo no tengo cómo colocar 40 vallas en Cali, ni cómo inundar a la sociedad con falsas noticias, ni tampoco lo haría. Algunos que tienen una capacidad económica mayor, hacen uso de esos recursos en campaña. Y como no los tenemos, entendemos que las campañas se hacen con ideas, jamás con especulaciones”.
¿Hay sesgo hacia usted en algún sector de los medios de comunicación de la ciudad?
“Creo que hay unos medios que no son lo suficientemente amplios para conocer diferentes posiciones. Si un medio tiene a un columnista que dice cosas no ciertas, deberían de darle la oportunidad al atacado para que pueda responder. Eso los hace antidemocráticos. Sin embargo, es más problema del medio, que necesita repensarse”.
¿Se siente atemorizado por las recientes amenazas?
“No siento temor personal porque soy un hombre muy tranquilo, pero sí preocupación por la gente que me acompaña y por la manera en la que muchos tratan de construir un detrimento de mi reputación, poniendo en peligro mi vida y las de las personas que me acompañan en mi campaña. Me parece terrible el video que mandaron a hacer desde la campaña de Roberto Ortiz, vinculándome con Iván Márquez, diciendo que yo era el candidato de las Farc a la Alcaldía; que cosa tan desagradable, lo cual rápidamente me significó una amenaza por parte de las Águilas Negras. Eso es perturbador. No se puede hacer política desde esa lógica. Me preocupa que la falsa noticia sea más presente que las iniciativas positivas para movilizar a la ciudadanía”.
Es tan sentido el caos vial en el Sur de Cali, como el de orden público…
“Ambos temas son muy delicados. El del taponamiento del Sur, se debe a una planificación irresponsable. Cambiaron en POT para beneficiar a los propietarios de la tierra; pasaron de 14 viviendas por hectárea a 140. De cinco pisos de altura máxima a una libertad de pisos, y ahora estamos viviendo todo un colapso. Si llegáramos a ganar la Alcaldía, habría que congelar las licencias en la Comuna 22, hasta que encontremos respuestas de infraestructura”.
Otra deuda pendiente es la malla vial…
“Nuestra ciudad no tiene una economía suficiente para invertir en la misma proporción en la que crecen los vehículos en Cali. Tenemos que hacer auditaje a la sobretasa a la gasolina, porque incrementan los carros, pero no la sobretasa”.
La situación de Emcali…
“Es muy complejo, pero imprescindible. No hay forma de que podamos desarrollar nuestra ciudad con equidad, si no desarrollamos nuestra empresa de servicios públicos. Es un matrimonio imprescindible en una sociedad como la nuestra. Sin dejar de ser pública, debemos transformarla para que se consolide el progreso de nuestra ciudad”.
¿Se ha estancado o se mantiene la industria cultural?
“Se ha estancado un poco por la dificultad de públicos. Tenemos muchas escuelas de bailarines de salsa que no tienen espacio para presentarse. Tenemos mucho teatrero, mucha propuesta de danza contemporánea y ballet clásico que no tiene un espacio en la ciudad. Hay que formar más públicos y entender que la industria cultural se financia también desde el aporte de lo privado. He propuesto que si los establecimientos nocturnos quieren estar abiertos hasta las 5 de la mañana, lo puede hacer, si nos dan 45 minutos para una propuesta de carácter cultural”.
Es imprescindible jalonar inversión de la mano con la Gobernación…
“Es esencial. Hay que tener complementariedad. Se necesita una gobernadora o Gobernador que apoye los desarrollos del territorio, direccionar sinergias para los compromisos que tenemos: los Juegos Panamericanos de la Juventud, la Licorera como proyecto de carácter cultural; proyectos que nos posibiliten potenciar nuestra vocación turística…”.